Hace unos cuantos años atrás tuve la oportunidad de conocer un hombre simple, exitoso empresario, amante del mundo de los autos antiguos y clásicos. Conformó una importante colección de todo tipo de autos, pero con una especial pasión hacia los micro autos, en sus galpones se podían ver Fiat 500, Fiat Topolino, Goggomobil, Heinkel, Isard, y sin duda Isettas.
Hoy mi amigo Lars Sorensen no está con nosotros, su vigoroso motor se detuvo tempranamente, cuando aún podía recorrer muchos kilómetros más, pero su amor por los autos ha quedado reflejado en cada restauración que emprendió.
Quienes tuvimos la oportunidad de compartir con él, pudimos apreciar el cariño hacia este “hobby”, y sus detallados conocimientos de motores, suspensiones, cajas de cambio, y un cuanto hay sobre un determinado auto, y si él no lo sabía, investigaba, consultaba, eran innumerable los contacto que tenía con diferentes clubes del mundo y con personas naturales. Así conseguía información, partes y piezas para emprender una nueva restauración.
Una de sus últimas adquisiciones, un hermoso Mercury convertible del 1941, presentaba un problema de partida, pero no descansó hasta que, a través de un Socio de Club, encontró la solución, una simple resistencia en la bobina, pero otras veces, problemas mayores que le hacían emprender tareas complejas, que con paciencia y conocimiento las sacaba adelante.
En numerosas ocasiones viajamos a ver el “dato”, y si era interesante se entusiasmaba, negociaba y compraba…yo como consejero le decía “Lars compra”, y Lars compraba, en otras ocasiones, “Lars, no compres”, y Lars compraba.
Hoy su taller y sus galpones están en silencio, como mudos testigos de su repentina partida, pero su legado y el ejemplo del amor hacia la conservación de este patrimonio continuará gracias al esfuerzo familiar.
Quienes tuvimos la suerte de conocerlo y compartir amenas charlas, recorrer sus galpones, o una “prueba” de un auto, o la búsqueda de ese dato, lo agradecemos, y sabemos que hoy Lars está recorriendo los caminos celestiales en un antiguo auto impulsado por los ángeles del cielo.
Agradezco a ustedes, miembros del Club de Isettas, que a través de Alejandro he recibido el saludo y apoyo en estos momentos que visto partir a un amigo, un amigo que cultivó la misma pasión que nos une a nosotros.
Robert F. Barsby Haas
Viña del Mar, 17 de febrero de 2017
El homenaje del Club de Isettas de Chile a Lars Sorensen Halse en reconocimiento a su irrefrenable pasión por los autos.
A sus amigos… nuestro deseo de que su memoria, reunida en sus galpones, se conserve viva y sea el legado para todos quienes seguimos recorriendo los caminos, de la vida.
Gracias por publicar este simple pero sentido homenaje a Lars.